16.9.10

Segunda temporada.

    O7. Lo dejaré todo atrás.
#Contado por Cristina.


- Pero a dondé la llebo Cristina? - Preguntó por enésima vez Marc.
- Nosé, espera a qe mi madre me conteste. - Le respondí a regañentes volviendo a la llamada, llebaba al menos siete perdidas.
- Paremos a cenar almenos... - Comentó, no respondí solo deseaba qe alfin contestará. Pero por suerte lo hacía, solo me qedaba una última opción, llamar a Naná.
- Yo me qedaré aqui... tengo cosas qe resolver aún. - Grité para qe se enteraran, seguía en la silla de ruedas & la verdad no qería salir a New York asin. No contestarón, por lo qe supuse qe habían aceptado dejarme, solo le daría más problemas.
Marc, era el piloto del helícoptero de la empresa de mis padres, normalmente se me esta prohibido acceder a el pero todo había venido a mi tan derrepente tan confuso... Creo qe en el mismo momento qe acepté la cena con Justin mi mente planífico una huida repentina, mi última escaptoria... Aún asin no sabíamos a dondé me tenían qe llebar, estaba pensando sitios dondé no fuera conocida, pero había viajado por casi todo el mundo... Solo se me ocurrio buscar un pueblo, o ciudad dondé Justin no me buscará, & tampoco se me ocurría nada.
El helicóptero interrumpía en la azotea de la empresa de la central de New York, Marc & Peter salían disparados para buscar algo con lo qe alimentarse, volví a la agenda del telefono móvil de la empresa & marqé el particular de Nana.
- Qé pasó? - Preguntó Nana antes de qe sonará por segunda vez el toqe.
- Nana, esta mi mamá por allí? - Correspondí a su pregunta.
- Si un momento Cristina, pero dondé estás? Porqé llamas desde ese número? - Preguntó insistiendo en qe algo pasaba, hubo un par de peqeños ruidos, como cortamiento de aire, por lo qe supuse qe me estaba pasando con mi madre.
- Cristina qe haces llamandome desde otro teléfono? - La voz de mi madre sonaba como casi siempre histérica.
- Mamá, qiero recuperarme en Roma, estoy en el helicóptero, sé qe no te gusta qe lo coja pero esqe me estaba asficiando en aqel horrible hospital & eso... Porfavor.. - Mi madre no podía negarme nada cuándo usaba aqel tono, o por lo menos antes.
- Pero porqé todo tan repentino Cristina? - Preguntó, eso ya era un SI.
- Porqe me estaba agobiando, tanta gente allí & eso mamá... Porfavor... Solo te pido qe me traigas a Nana para supervisarme, qe traiga a Kiara & qe se mantenga en extricto secreto dondé me hayo, ni país, ni ciudad, ni continente... Qe no se sepa nada de mi. - Escrupté.
- Esta bien... Espero qe te vaya bien en el viaje cielo. - Su voz bajo & luego subió.
- Ah... Necesitaré un teléfono & tarjeta nuevas... Se me olvidó el otro & supongo qe ya lo habrá encontrado algún curioso. - La voz volvía a temblarme, pero no creí qe lo notará.
- Qieres qe te llebe la ropa?.
- No, tardaría mucho & qiero empezar con la terapía cuánto antes, pero gracias mamá.
- Te extrañaré...
- Puedes llamarme cuándo tengas tiempo mamá. - Susurré & se acabó la llámada, el móvil ya no tenía más batería, estaba agotado del todo, al igual qe yo.
Me remetí con la sábana, empezaba a tener más frío... Me dediqé a ordenar todos mis pensamientos, qe iva a ser de mi a partir de ahora & qe debía de decir.
Lo primero era dejar de lado el tema del Adiós, Justin con suerte no lo vería en cuatro o cinco meses & Caiti... bueno, Caiti... me había pillado terminando la carta por lo qe solo pude decirle la verdad aunqe me había dolido más, nunca supe mentir de frente, se me notaba por mis nervios, nunca me había gustado mentir, prefería ocultar las cosas.
Ahora ya no necesitaba qe Justin me odiará, ya lo hacía yo por él. Me odiaba, me detestaba, me mataría a mi misma de tener el suficiente valor. Pero no lo tenía. Justin... seguramente se lo había tragado todo, pero también ya se habría enterado de la verdad & sino, Caiti se lo diría pronto, pero me daba igual nunca más les vería, o por lo menos hasta qe supiera controlar mis sentimientos, hasta qe pudiera rechazar todo de él sin qe me qemará por dentro, sin qe me matará & me hiciera llorar... Todo era demasiado doloroso para mi, pero sigo empeñada en qe no dejaré qe me vean llorar, tengo demasiado orguyo..


Las vistas desde el helicóptero del amanecer en Roma era mágnificamente hermosas, aqello era precioso, si Roma era una ciudad bellísima, tanto por sus mitos como por sus monumentos.
- Le gusta verdad? - Preguntó Peter, hacía dos horas qe se había cambiado de puesto con Marc.
- Si, todo aqí es precioso. - Respondí.
- Dondé la llebo? - Preguntó con la vista fija al horizonte.
- A una casa rústica, si no qiero ir a hoteles. - Respondí sonriendo, hoy empezaba mi recuperación & dejaba atrás todos mis sentimientos.
- Enseguida llegaremos, puede mover ya el otro brazo? - Preguntó con un tono casi de reproche.
- Podré en unos diez minutos. - Le respondí, al menos ya podía mover los dedos.