38. Desiciones delícadas.
No retiré mi mirada de él, se estaba poniendo más serio aún & pegó una patada a una silla de allí, qe cayó al suelo & se rompio una pata. No sabía qe responder a mi pregunta & eso me molestaba bastante...
- Sal de la habitación. - Le dije mirando hacia la ventana, se me empezaba a derramarrar las lágrimas & su silencio lo hacia peor.
- No qiero salir. - Me gritó & le dio un puñetazo a la pared.
Después de ese puñetazo entró Antonio mirandolo ausente de si mismo & me miró a mi.
- Justin sal ahora mismo de aqí, la vas a poner nerviosa & ahora no estamos para esto. - Le dijo Antonio con voz tranqila & mirandome muy nervioso. Justin no le contestaba ni se movía solo me miraba... En un aberranqé avanzó hacia Antonio le metió un empujon & lo tiró al suelo... Los momentos siguientes fueron tan desagradables qe grité.
Justin & Antonio se estaban pegando, casi matando en el suelo... Realmente estaba muerta de miedo... No paraba de chillarles & no conseguía ponerme de pie, cuando lo logré me caí al suelo & me dí un golpe en la cabeza, qe en segundos empezó a sangrar.... Creo qe era una brecha lo qe me hizé.
Cuando vieron mi caida pararon & me miraron, corriendo los dos llamaron a un médico & cada uno estubo al lado mia, uno a la izqiera & otro a la derecha sin moverse ni un centrimetro, mirando como me vendaban la cabeza & con la cara de pánico.
Salió el médico de la habitación & ni Justin ni Antonio le acompañó a la salida, ninguno se movía, ni decía palabra alguna... Solo me miraban átonicos... & yo estaba aun asustada.
- Cris, duerme un rato... Antonio & yo tenemos cosas qe hablar... asinqe saldremos. - Me dijo Justin mirandome a los ojos.
- Yo estoy metida en esto & hasta el cuello, yo no soy la qe a de irse, es más tengo qe estar presente en esta conversación, es tan mía como vuestra. - Le respondí mirando a ambos.
- No, esta conversación puede qe sea tuya también, pero estas débil & has de dormir. - Me respondió Antonio acariciando mi pelo & haciendo un gesto a Justin para qe salieran.
Intenté decir algo para qe se qedarán, pero era demasiado tarde... Ya habían salido de la habitación por entonces... & poco a poco, esperandolos me qedé dormida...
Varias horas más tarde, me levante empañada de sudor & muy asustada... Había soñado con aqella pelea, qe mataban a Antonio & luego ví morir a Justin... Empezaba a dudar a cuál qería más & era algo qe me resultaba extraño... se podrían qerer a dos personas a la vez?
Puede qe yo ya estubiera enamorada de Justin, pero la llegada de Antonio oficialmente en mi vida, me había cambiado mucho & yo me había hecho a la idea de mantener una relación seria con él & no qería hacerle daño...
Justin iluminadaba mi vida, me daba calor & me gustaba sentirlo cerca, muy cerca... pero Antonio me había recuperado de lo más bajo, me había enseñado a qe todo es posible, a no decir no... Se supone qe ahora debía decidir a qién elegir?
Debía decirle a uno de los dos Adios? De verdad qe tendría qe ser asin todo?
Dejé de pensar & miré a mi alrededor... No había nadie, ni rastro de Justin, ni de Antonio... dondé estarían?
Me levanté un poco para ver mejor & ví una peqeña caja en la cómoda, con un lazo turqesa & papel de regalo morado.
Justin, pensé & de inmediato encendí la lámpara & la abrí.
En su interior había una esclava de oro muy délicada & qe tenía escrito Justin Bieber por alante & Cristina Díaz por atrás.
Me la puse & observanco la caja ví una especie de carta peqeña.
** Cris, sabes qe te he dejado sola, qe aun dudo el volver o no ... Si vuelvo te estaré poniendo en peligro, pero sin ti no puedo vivir, se qe ahora no vas a elegir... No qiero ni creo qe puedas... Antonio & yo hemos decidido darte espacio, tiempo para qe pienses... & decidas suponemos... Esta esclava solo es para qe recuerdes qe no tienes a uno si no a dos... **
Antonio & Justin... los dos... no estarían conmigo en un tiempo?
Se estaban volviendo locos? Dios esto es imposible... No puedo, no puedo...
Comencé a llorar & mojé la carta qe tenía en mis manos..
Tenía qe elegir ...
Antonio? Mi salvador.... o Justin? Mi luz guiadora...
